lunes, 23 de enero de 2012

ESCUELA DE MILITANTES CIUDAD REAL - 17 y 18 sept. 2011

Ahora mismo me encuentro en Socuéllamos. El tren ha hecho una de las 200 paradas que me llevan desde Ciudad Real hasta Elda. Al escuchar la voz que nos informaba sobre la parada que iba a efectuar el tren, me he acordado de que Socuéllamos es el pueblo de Óscar. La última vez que nos vimos fue en el cuartelillo de Ana, Lázaro y David y pasamos mucho rato hablando sobre la JOC, el sentido de la liberación, la Iglesia… Uno de los comentarios con los que me quedé es el de que “un liberado debe ayudar al movimiento a dar pasitos, quizás en muchas ocasiones a través de nuevas propuestas y dinámicas. Uno debe dejar claro su estilo, sus formas, lo que es”. Desde entonces lo he tenido muy presente durante este principio de curso en el que me establecido en Madrid. Desde aquí parece que todo se ve con más tranquilidad y con tiempo suficiente para degustar toda la tarea que llevamos entre manos.

Como decía, vengo de Ciudad Real. Allí la JOC de Castilla-La Mancha finalizaba el curso con la Escuela de Militantes cuyo tema ha sido: “La Identidad Obrera”. Para mí no ha podido ser más oportuno este encuentro, ya que me clarifica y centra hacia qué jóvenes nos pide la JOC, la Iglesia, estar cercanos. El diálogo, la visión de Pedro Lara (ponente del encuentro) y del resto de militantes me ha cuestionado mucho sobre la apuesta que hago por estar con aquellos jóvenes de mi alrededor que no lo están pasando nada bien, sobre mis seguridades, etc.

Por otro lado, he descubierto la actitud incansable de Pedro por tener tan claro y apostar por estos jóvenes y de estar involucrado “de gordo” en las realidades de su entorno (barrio, asociación de vecinos, 15M…) y la llamada de dedicarle y cuidar mucho la formación. Otro aspecto que destacaba de las ponencias, es que, aunque la información y formación sean necesarias, en ocasiones corremos el peligro de considerarnos “una élite” y no pisar el suelo que nuestros compañeros, vecinos, amigos y familiares. Esta escuela me ha servido para centrar la mirada en los chavales más fastidiados pero no a través de esa “solidaridad autocomplaciente” de la que hablábamos.
Te doy gracias Padre por poner en mi camino a tanta gente y tantas situaciones que me ayudan a redescubrir cada día quiénes son los pobres, los últimos, en los tiempos que vivimos de dificultad económica, pero también del despertar de las conciencias, de la indignación y el ponerse en marcha. Te pido que me ayudes a que yo también pueda ayudar al conjunto del movimiento en esta tarea de transmitir positivismo, de ayudar a ponernos en marcha, a caminar. Que los militantes, que los chavales de iniciación, vayamos siendo luz y sal allá donde la dignidad de la persona está en juego.

“Vamos a andar, Para llegar, A la vida”. (Silvio Rodríguez)

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